Mis trabajos fotográficos son imágenes en movimiento y son creadas sin procesamiento digital. Utilizo conscientemente el desenfoque, el fundido cruzado y la agitación como recurso estilístico para sacar la percepción del espectador de la realidad habitual de la fotografía y abrirle nuevas perspectivas.

Yo lo llamo "pintar con la cámara". Los motivos se crean a partir de mis movimientos, ya que no coloco la cámara en un trípode, sino que la guío a través de los movimientos de mi cuerpo durante el tiempo de exposición, como si estuviera sosteniendo un pincel. Mediante el uso de mi cuerpo y una larga exposición, la escena expuesta entra en vibraciones rítmicas que dan la impresión de bailar. Los contornos se disuelven y los cuadros aparecen como si estuvieran pintados. Este tipo de fotografía es sumamente fascinante, ya que cada motivo es único y, a diferencia de la fotografía convencional, no se puede reproducir.